Al fondo de la imagen se ven edificios en llamas y troyanos luchando contra griegos cerca del caballo de madera. En un primer plano aparece Eneas saliendo de su casa con su padre a hombros; le sigue su mujer con su hijo y algunos troyanos más.
Al fondo de la imagen se ven edificios en llamas y troyanos luchando contra griegos cerca del caballo de madera. En un primer plano aparece Eneas saliendo de su casa con su padre a hombros; le sigue su mujer con su hijo y algunos troyanos más.
Cuando Eneas llega a Cumas, en Italia, pide a la Sibila que le permita descender al mundo infernal para ver por última vez el rostro de su padre Anquises.
Mi amada Dido,
te escribo estas letras para disculpar mi persona, pues perdón sé que no tengo y en mi alma quedará a través de los años el dolor de este suceso.
Una explicación mereces, pues los dioses me hablaron y rogaron mi partida inmediata de estas tus tierras. Ellos al igual que yo sabemos que mi misión de fundar una nueva ciudad está siendo estorbada en demasía, y que no es esta la ciudad que debo gobernar, ni tú la dama junto a la que prosperar.
Pese a que te amo, debo partir.
Espero me comprendas,
Hola Dido,
te envío esta carta ya que he de marchar porque los dioses me han encomendado una misión en la que no puedo fracasar.
Te envío esta carta porque no pude decírtelo en persona.
Volveré cuando pueda,
Eneas
Querida Dido,
he tenido que partir de Cartago con mis hombres por mandato de los dioses, los cuales me han recordado la tarea que me encomendaron, el fundar una nueva ciudad.
Me dolía el hecho de tener que despedirme de ti en persona, por eso te escribo esta carta, porque sé que me dolerá menos la despedida.
Quiero que recuerdes que una parte de mi corazón siempre te pertenecerá.
P.D. Espero que nos encontremos de nuevo.
Atentamente,
Eneas, el último hombre al que amaste.
Querida Dido,
sé que tal vez ahora tu cabeza sea un mar de preguntas sin respuesta del porqué de mi partida. He de decir que esta decisión no la he tomado yo. ¡Ay, si pudiera quedarme a tu lado, amada Dido…! Pero, por más que lo desee, no puedo. Los dioses han decidido que sea yo quien funde una nueva ciudad y he de cumplir sus designios, pues temo más lo que puedan hacer de mí si me niego a partir.
Con amor,
Benito Manuel de Agüero, Paisaje con la salida de Eneas de Cartago , tercer cuarto del siglo XVII (Museo del Prado, no expuesto)
Virgilio, en su intento de hacer la épica más humana, concede gran importancia al amor, que se convierte en el tema principal de los episodios situados en Cartago. Dido y Eneas viven un idilio tormentoso que él logra controlar, pero ella no.
Eneas sale de Troya cargando a su padre a hombros y llevando a su hijo de la mano. Le sigue su mujer. En un primer plano aparecen armas y escudos tirados por el suelo, mientras que al fondo se puede ver un edificio en llamas.